Toda historia tiene un final, pero en la vida cada final es un nuevo comienzo!

11 de agosto de 2010

Pocos saben quien soy...


Todos podrán ver lo que aparento pero muy pocos saben realmente quien soy. Vivo mi vida en cuotas y la disfruto con pasión. Quisiera q las cosas fueran distintas por momentos y por otros quisiera q nunca se termine nada de esto tan hermoso que hoy vivo. Construyo muros alrededor mío que me protegen contra la tristeza, pero también impiden que me llegue la felicidad, soy súper consciente de eso. El silencio es el miedo de los cobardes, lo se, y si quieren llamarme cobarde una que otra vez, se que lo soy, y mucho! El miedo Es un regalo de la naturaleza a nosotros. Es la mejor arma para la libertad... permite que nos escapemos o que luchemos con energía más allá de nuestra capacidad. El cambio es una puerta que solo puede abrirse desde adentro. No aprendemos nunca, cuando una muerte nos golpea tanto pensamos en todo eso que queremos hacer o decir y no hacemos y al final terminamos siendo unos imbéciles viendo como se nos pasa la vida. La vida es una constante decepción, pero hay que meterle pilas porque para eso estamos en este mundo! Solo se vive una vez! Y la tristeza? Lo único que cura a la tristeza es la acción porque El amor nunca se pierde. Aunque no sea recíproco, volverá para purificar y hacer tierno su corazón. Disfrutamos del calor porque hemos sentido el frío. Valoramos la luz, porque conocemos la oscuridad. Y comprendemos la felicidad porque hemos conocido la tristeza. Las cosas más bellas y mejores en el mundo, no pueden verse ni tocarse... pero se sienten en el corazón. Cuando el corazón habla, la mente calla. Debemos ser fuertes sin ser rudos, ser amables sin ser débiles. Ser valiosos sin ser agresivos. Aprender a ser gentiles sin ser suaves y sobre todo hacer llorar con la verdad para no destruir con la mentira.
Estoy tratando de ser una buena alumna en la universidad de la vida. Espero graduarme algún día.
Cumplamos la tarea de vivir de tal modo que cuando muramos, incluso el de la funeraria lo sienta, o sea, YO!

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