Sé que el orgullo me hace sentir fuerte como también se que
nunca me hará feliz. Muchas veces siento que nuestro dolor nadie lo siente, que
a nuestras tristezas nadie las ve y que a las alegrías nadie las nota, por eso
intento valorar lo que tengo, luchar por lo que quiero y superar lo que me
duele, enfrentando el miedo y recordando que si sonrío borro una tristeza e
ilumino una esperanza.
No derrumbo mis
sueños, derribo las barreras que me impiden cumplirlos aprendiendo a expresar
lo que siento y asumiendo que la vida tiene diferentes capítulos, mucho de
ellos malos, que no significa que me lleven a finalizar mi historia,
alimentando el hermoso mito que “ toda princesa merece un caballero que la
rescate, un príncipe que la despierte, un rey que la resguarde y un hombre que
la ame ” reconociendo también que no todo hombre tiene la inteligencia para
conquistar a una mujer ni la sabiduría para cuidarla y por sobre todas las
cosas, muchos carecen de imaginación para enamorarlas.