Día a día sigo dándome cuenta del valor importante que tiene nuestra historia de vida, nuestras costumbres y por sobre todo, nuestra gente, esa gente que estuvo en nuestro pasado viéndonos crecer, compartiendo nuestros días y que hoy siguen estando con el paso del tiempo.
Los años hacen que conozcamos gente, que nos adaptemos a ellos y ellos a nosotros, pero la verdadera esencia de uno sólo la conocen aquellos que estuvieron a lo largo de todos nuestros años, esa gente que al fin de cuentas SI siente un ¿como estás? o un "que alegría me da verte después de tanto tiempo" como nos pasa. Eso es lo que hoy me llena el alma, volver a reencontrarme con esas personitas increíbles que el paso del tiempo no dejó que se fueran de nuestras vidas. Ese sentimiento alimenta nuestros días, no tengan duda de eso, al menos a mi me alcanza y me sobra para seguir derrumbando cada pared que se cruza por mi camino, me ayuda a aprender día a día que la vida te pone a prueba siempre, pero que ese sentimiento hace que salgamos adelante mas allá de cualquier dificultad, porque sabemos, bien dentro nuestro, que eso que tanto anhelamos tener o sentir va a llegar tarde o temprano y que siempre vamos a tener de esa hermosa gente para sentirnos seguros, para pedir un consejo, sentirnos apoyados y valorados realmente como lo que somos, unos verdaderos luchadores inalcanzables que sobrevivimos gracias al cariño y amor puro de nuestra rica historia.
Nunca hay que olvidarse de donde venimos, todo lo que fuimos y todo lo que somos porque tarde o temprano es ahí a donde uno vuelve, a su mundo real, ese mundo que hoy creemos que es pasado pero que es y va a seguir siendo, presente!
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